Hola papás, mamás, hermanos, hermanas, padrinos, madrinas, abuelos,abuelas, tíos, tías, amigos y amigas de niños que se están gestando en ese lugar mágico:
El chef Karamelo Von Appetite ha cocinado una serie de cuentos suculentos para leer en familia durante el embarazo. Solete, el protagonista de nuestras historias, crece en la tripita de su mama. ¡Qué disfrutéis esta primera entrega!
¡SOY UN SOLETE!
I. EN LA TRIPA DE MAMÁ
“La
primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se
desarrolle”
María
Montessori
“Si
la ayuda y la salvación han de llegar sólo puede ser a través de los niños.
Porque los niños son los creadores de la humanidad”
María
Montessori
“He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño”.
Juana de Ibarbourouç
¡ SOY UN SOLETE !
Meri y Miguel se
levantan radiantes esta mañana. Por fin ha llegado el día, por fin. Sólo quedan
unas horas para la gran sorpresa.
– ¿Qué le pasa a
mamita hoy? – Piensa la criatura mientras nada
a sus anchas en el agua mágica–. Es un agua extraordinaria, me rodea por
completo, me alimenta, me protege, me transmite todo lo que pasa ahí fuera y me
ayuda a seguir en contacto con el lugar del que vengo: la luz. El abuelo y los
bisabuelos me han enseñado a hacer muchas cosas… espero estar a la altura para
que les reconozcan en mis gestos.
Solete, que así se
llama de momento, siente a su mamá emocionada con un rostro de sonrisa inmensa
y saborea el beso exquisito que su papá le ha dado esta mañana.
Veo cómo se
quieren. La luz me ha guiado hasta aquí, les he elegido como papis y sé que lo
harán genial. Nos queda toda la vida para conocernos, pero por ahora, yo llevo
ventaja… mamita come despacio, le gusta hacer las tareas a un ritmo suave y
constante, con gran responsabilidad; ¡ah!, también sabe escuchar. Sé que papá
es gracioso y muy listo, sabe lo que me pasa sin verme. Pero lo que más me
gusta es la ternura que tienen, lo que se quieren y admiran y lo que me adoran
a mí. ¡Y eso que no me conocen! Hasta tocan juntos el violín y el piano. La
verdad, lo agradezco, porque cuando escucho música me recorre una sensación de
bienestar increíble. Mamá corre un poco, saluda a papá. Papá nos da un beso.
Subimos unas escaleras. Esperamos. Mamá se mueve para tumbarse. Algo me aprieta desde fuera. ¡Me
quieren coger! Pero no pueden, Solete está bien protegido. Me intentan agarrar
por aquí, por allá y yo me escapo. Ahora se han quedado quietos. Mamá llora de
alegría y yo también cuando escucho a papá decir:
– ¡Mira sus manitas!, está saludando.
Pues claro que les
estoy saludando y grito que les quiero
mogollón. Enseño los dedos de la mano, del pie; abro y cierro mis ojos, ¡no sé
que más hacer! ¡Estoy hablando con mis padres! Es como si recibiera kilos y
kilos de energía. No puedo parar de reír…
Mis padres se
abrazan. Los tres somos un SOL.
